Agricultores en la Calle
Agricultores en la Calle
A ojos del chileno de a pie, los agricultores cuando salen a la calle, lo que hacen es molestar con sus demandas. Lo que no se comenta, es que con los años, las exigencias para producir alimentos, se han elevado hasta hacerse insostenibles. Con alzas de los costos de producción que no se pueden traspasar al consumidor, con obligaciones ambientales destempladas y competencia desleal entre otros.
Específicamente en el caso de los productores europeos cuentan con un gran apoyo ciudadano y es por eso que las manifestaciones han logrado la dimensión que hoy vemos en las redes. Esto es porque miles de europeos conocen los relatos de hambrunas en primera persona y eso es transmitido a las descendencias con vívidas experiencias. El mensaje es claro, llenemos la despensa primero.
Por nuestra parte, los productores chilenos hemos conocido la unidad y las movilizaciones del agro. Hemos enfrentado Políticas de Estado teledirigidas en contra los la agricultura y cada vez que políticos y universitarios inexpertos, les ha tocado legislar, se les ha explicado que para tomar un café con leche, se debe sembrar el café y las vacas deben parir. Como estos, hay un sinfín de ejemplos que cada vez que se relatan a algunos señoritos, se sorprenden como si hubieran visto al Caleuche, a boca de jarro.
No obstante, si bien éstas son enormes realidades para los que se han asoleado en una cosecha, o se han entumido las manos a las 5 de la mañana ordeñando vacas, es una realidad desconocida para la gente de a pie, políticos y científicos de cartón, que hacen eco de sentencias ambientales de algún profeta del otro hemisferio, culpando a la producción de alimentos, por el cambio climático.
Sin ir más lejos, desde hace algunos meses los ordenados agricultores neozelandeses están sufriendo en carne propia, injurias y sentencias en contra de la producción lechera, con enormes alza en los costos de producción. Con estos mismos argumentos, los ambientalistas globales se fueron en contra de los colegas europeos. Pero ahí chocaron contra un muro de verdades. Los agricultores europeos, saturados de presiones, salieron a las calles a contar sus verdades. Estos amigos europeos, acostumbrados a enfrentar gigantes, están dando una dura lucha y explicando a la gente, que sin agricultura, la ciudad no come.
Estoy convencido que la efervescencia en Europa no la provocaron los agricultores, estos solo reaccionaron a las presiones asfixiantes de políticos en contra de la producción de alimentos, o en favor de grandes consorcios que están desarrollando alimentos sintéticos y altamente procesados. Hoy los agricultores y comunidad europea, están dando un ejemplo al mundo y afortunadamente revocando algunas de las exigencias, con claras señales de vuelta a la cordura y a la producción natural.
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