Los Alimentos naturales y la agenda 2023
Los alimentos naturales y la agenda 2030
Si hay un gran consenso en el mundo, es que con los ocho mil millones de habitantes sobre la tierra, debemos tener mucho mayor cuidado con nuestro planeta. Como consecuencia de esta conciencia, ya nos preocupamos de lo que quemamos para la calefacción, o para movilizarnos, o con lo que desechamos al mundo con nuestro diario vivir. Así mismo y como buen Cristiano y de mente abierta, fuimos aceptando conceptos e ideas para proteger a nuestro planeta y dejar un mundo mejor a nuestros descendientes. También nos comenzamos a preguntar si guardaba relación solo con la quema de hidrocarburos fósiles y la reducción de recipientes y contenedores plásticos, y así millones nos sumamos a las campañas lideradas por organismos internacionales y contenidas como parte de la propuesta de la Agenda 2030, para el Desarrollo Sostenible.
Pero el discurso con el correr de los meses fue mostrando otras facetas, que ya no me está gustando. Como el foco liderado por activistas citadinos, con verdades construidas, culpando a la producción agrícola, lechera, porcina o avícola, por el calentamiento global. Y por otro lado estos mismos activistas relativizan la quema de hidrocarburos fósiles en el transporte privado y público; ignoran la quema de kerosene de los millares de aviones que despegan cada minuto en el planeta, o minimizan la quema de carbón y petróleo pesado, en generadores de electricidad, para mantener los aires acondicionados y sus comodidades burguesas, de las grandes ciudades.
Una de las cruzadas de los activistas globales, es la producción natural de alimentos. Mi percepción es que esto tiene una coordinación, donde animalistas, mezclados con verdes y miles de ambientalistas, envían mensajes en contra de la producción primaria de alimentos, y al mismo tiempo, en otro continente, la gran noticia del año 2023, “la proteína animal, ya se puede sintetizar en laboratorio”. Es curiosa esta mezcla de intereses. ¿Me siguen? Suplir la producción agrícola de alimentos naturales, por gigantescos laboratorios globales de alimentos ultra procesados, en manos de tres iluminados. Así es, estos mega-laboratorios podrían suplir el trabajo de millones de agricultores tradicionales, colaboradores y sus familias. Esos agricultores que madrugan para producir y no duermen cuando cosechan. Esos agricultores amantes de su familia y las tradiciones. Esos agricultores que son el paño rojo para ciertos políticos y activistas.
Yo no me trago esta oblea y creo que los agricultores europeos despertaron a tiempo como un gran frente común. Y como mensaje para mis amigos agricultores: ¿no será hora de buscar alianzas con los agricultores de Latinoamérica, para enfrentar esta amenaza global?
Michel Junod López
Médico Veterinario
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