Dejar que las instituciones funcionen… ¿Será suficiente?
Dejar que las Instituciones Funcionen… ¿será suficiente?
Horrorizados vemos como a diario la justicia chilena se ve sobrepasada con los miles de denuncias que reciben, y hoy más que ayer y ayer más que antes de la reforma procesal penal.
En fin cabe preguntarse si el sistema de justicia chileno, ¿está calibrado para los nuevos hechos de violencia y sus hechores? ¿Son suficientes los fiscales y persecutores para hacerse cargo de la infinidad de delitos que hoy se comenten en el país? O más complejo aún, ¿la legislación vigente es suficiente para desincentivar el delito?, o como otras instituciones del Estado, ¿la justicia también está haciendo agua?
Estoy seguro que muchos de ustedes se preguntaron más de una vez ¿y que están haciendo los tribunales de justicia, que no logran “meter en cana” a tanto “pato malo” que merodea nuestras ciudades? La respuesta es compleja porque la justicia chilena como en otros países, se compone de elementos e instituciones que deben “conversar” a diario. Deben coordinarse y ahora lo más complejo, tener objetivos comunes. Al perecer es una aseveración simple, pero cuando comienza a involucrarse el desprestigiado “criterio de los involucrados”, la cosa se va al carajo.
Hoy vemos como narcos, extorsionistas y ampones de toda índole, logran como medida cautelar mientras dura la investigación, pasar los siguientes meses de su aprehensión en sus domicilios. Si me siguen en la reflexión estas “blancas palomas”, ¿se quedarán en sus casitas, tomando té con sus familias?
La verdad es que las medidas cautelares, están en la ley, pero su aplicación depende de una persona, que se llama Juez de Garantía.
A todos se nos viene a la mente un sin número de acciones que nos hace exclamar ¡pero y cómo! un terroristas queda con restricción de movimiento en una comunidad agrícola, junto a sus compinches; a un narco lo castigan por 60 días en su casa, mientras dura la investigación; o un mechero con 25 arrestos lo envían a la casa y con prohibición de acercarse al supermercado; y así un sinfín de dictámenes, que sabemos ninguno lo va a cumplir, sin embargo, la justicia deja en manos de una persona con “experiencia” la misión de discernir quién es un riesgo para la sociedad o no.
Solo como ejemplo de lo complejo que es el criterio, hoy tenemos ancianos de más de 80 años, detenidos porque alguien dijo que escuchó su voz, en un procedimiento de hace 50 años, y mientras nadie diga lo contrario, este anciano va seguir privado de libertad. No obstante, un delincuente que produce pornografía infantil tiene los atributos para recibir una pensión de gracia de manos del Presidente de la República.
Será entonces suficiente decir, debemos dejar que las Instituciones Funciones, o ¿es mucho pedirle a un sistema que quedó obsoleto?
Michel Junod López
Med. Veterinario
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